Son días raros. Días excesivamente largos lejos de casa. Cuando viajas, muchas veces desconectas de casa, del día a día de tu gente, de tu familia, de tus amigos, para precisamente conectar con el lugar que visitas, la gente que te encuentras por el camino y la cultura en la que te adentras. Pero últimamente sigo más conectado que nunca con los míos. Con mi tierra. Con todo lo que está pasando y que, aunque esté lejos, mi mente está ahí, encerrada en casa acompañando la cuarentena con mi gente. Haciendo el vermut o la birra online, todos los #challenge a los que te retan o destornillándome de risa con la cantidad de vídeos ingeniosos que rondan por la red. Y es que el humor es la mejor medicina para combatir momentos difíciles. Y eso nadie nos podrá negar que tenemos de sobra, al contrario que papel higiénico para limpiarnos el culo.

Aquí en Australia aún no hemos llegado al nivel de restricciones que hay ahora en España. Hay gente por la calle, los bares y restaurantes están abiertos, la gran parte de escuelas siguen operativas y el gobierno solo ha cerrado las fronteras de entrada a no residentes hace apenas dos días. Hay relativamente pocos casos comparado con España o Italia, unos mil, pero la curva es exponencial como en todos lados y pinta que vamos por el mismo camino. Lo que sí ha llegado con la misma fuerza que en España y otros países es la estupidez humana. Hoy he intentado ir a hacer la compra pero parecía que habían saqueado el supermercado. Ni papel de WC, ni pasta, ni arroz…por suerte en algunos supermercados abren una hora antes para la gente mayor, para que al menos ellos sí puedan adquirir productos básicos sin pelearse con nadie.
Son días de echar de menos a tu gente, de darte cuenta que la mayor parte del tiempo nos preocupamos por estupideces. Tiempo de relativizar, momentos de reconectar con uno mismo y con los otros.
Todo esto que está pasando también sirve para comprobar que un cambio es posible. El planeta parece que por fin vuelve a respirar. Si algo positivo podemos sacar de todo esto es que se está comprobando, para aquellos que miraban hacia otro lado, que el problema somos nosotros. Que cuidar nuestro planeta es esencial para poder seguir habitando en él. Que es posible reducir la contaminación, el consumo. Quizá todo esto es una señal. Quizá el universo nos está avisando, por última vez, que hemos llegado al límite. Estamos viendo como los gobiernos, si quieren, tienen el poder de poner medidas estrictas para hacer frente a una emergencia global. Por qué no hacerlo para otros problemas como la pobreza o el cambio climático?

Ahora, más que nunca, podemos ponernos en los pies de toda esa gente que huye de guerras o miseria. Aun estando infinitamente mejor que ellos, podemos experimentar soledad, desesperación, impotencia, injusticias. Hay gente muy valiente intentando frenar la curva. Salvando vidas. O simplemente haciendo su trabajo para que podamos tener comida en la mesa. Seamos agradecidos, hagamos un esfuerzo individual para que el esfuerzo de todos estos héroes no sea en vano.
Por otro lado, vemos como es posible que las empresas se adapten a un nuevo escenario donde el teletrabajo es posible y la vida más sostenible. Va a haber un enorme impacto económico, sí. Pero ¿y si esto es también una oportunidad para transformar el sistema? Y si aprovechamos el momento para considerar cambiar nuestra forma de trabajar, producir y consumir? Aunque vivamos en un mundo globalizado, quizá podemos enfocarnos en lo local. Reduciendo el consumo masivo, comprando en las tiendas productos de nuestro pueblo o ciudad para ayudar a los productores de nuestra tierra. Quizá es momento de empezar a cambiar nuestros hábitos y empezar a girar hacia una producción más sostenible.
Todas mis vivencias y mis aventuras las disfruto más teniendo un buen seguro de viaje. Es muy importante saber que estás asegurado ante cualquier imprevisto. Sobre todo por mi forma de viajar: haciendo autostop, durmiendo en tienda de campaña a menudo, haciendo trekings y disfrutando de la naturaleza…Si tienes dudas sobre qué seguro de viaje escoger, te recomiendo Chapka. Uno de los más fiables y a buen precio. Además tiene diferentes tipos dependiendo de tu situación y tu tipo de viaje:
Soy consciente que vivimos en un mundo lleno de contradicciones. Yo mismo me considero hipócrita. Hablo de sostenibilidad y consumo a veces carne proveniente de la producción masiva (aunque intento no hacerlo). Me quejo de la gran cantidad de residuos que hay en el mar pero genero con mi consumo cada mes varios quilos de plástico. Me quejo del cambio climático pero me subo a los aviones para viajar. Soy consciente de las terribles condiciones laborales de muchas personas en el mundo y aun así, a veces, compro en grandes tiendas de ropa que seguramente tienen sus fábricas deslocalizadas en países subdesarrollados y pagando 10 euros al mes a sus trabajadores. No soy perfecto y lo sé. Por eso creo que cada uno de nosotros tiene que poner su granito de arena para poder cambiar esto. Porque vivimos en un sistema lleno de contradicciones. Pero quizá, aún estamos a tiempo de cambiarlo. Quizá el Coronavirus es la chispa que necesitamos para reaccionar de una vez. Quizá es la gota que colma el vaso…

Esta crisis está reflejando que somos capaces de lo mejor y de lo peor. Hemos visto un egoísmo enorme de mucha gente al comprar masivamente y de forma irracional sin pensar en los otros o gente que sale a la calle sin tomarse en serio la situación y poniendo en riesgo al resto. Pero también hemos visto la solidaridad de muchas personas organizándose para ayudar a la gente mayor por ejemplo, o el esfuerzo y gran sacrificio de muchos para que esto salga adelante, tanto trabajadores de los hospitales (no sólo médic@s e infermer@s sino personal de limpieza, etc), como supermercados, transporte, etc. Se ha comprobado también que la sanidad pública es esencial y un derecho básico que tenemos que cuidar. Me pregunto cómo sería la situación si no se hubieran hecho tantos recortes durante los últimos 10 años. Seguramente los hospitales no estarían con el agua en el cuello. Ahora mismo Alemania, con casi 20 mil infectados de Coronavirus, contabiliza 68 muertos. España, con un poco más de 21 mil infectados, tiene más de mil muertos. Cómo pueden ser tan dispares los números? Alemania tiene 29,2 camas de cuidados intensivos por cada 100 mil habitantes. España no llega ni a 10 camas por cada 100 mil habitantes (estadísticas de 2013). Estas cifras dicen mucho…Espero que esos aplausos que se producen en España a los equipos sanitarios desde los balcones, se traduzcan en mejores condiciones laborales para ese colectivo.
Esta situación también se presenta en forma de paradoja. Porque ahora que nos sobra lo más preciado de este mundo, el tiempo, no lo podemos compartir con otros. En el día a día, en la vida, vamos a contrarreloj. Las semanas pasan volando sin darte cuenta y te falta tiempo para todo. Por que el tiempo es la única cosa que no puedes comprar. Y ahora, no lo puedes disfrutar. Es más, se vuelve pesado. Quizá sea una oportunidad para que lo apreciemos más. Saber que no importa tanto lo material, pero sí esa tarde con la familia, ese fin de semana con los amigos o las mañanas de domingo con esa persona especial.
Si quieres apoyarme en mi proyecto te agradeceré enormemente si pones tu granito de arena. Lo puedes hacer en el siguiente enlace. El 100% de las donaciones van destinadas a la compra de materiales para las ONG. Los fondos que aun me quedan más lo recaudado a partir de ahora, lo destinaré a proyectos en América Latina:
Como decía a día de hoy me encuentro en Sydney, Australia. Aquí la situación es como en España hace 2 semanas. La mayor parte de la gente no se lo toma enserio. Y las medidas del gobierno no son suficientes. Se habla de que se decretarán cuarentenas por zonas muy pronto. Cada día me replanteo qué hacer. La incertidumbre es enorme. Sin trabajo fijo, y con tan pocas oportunidades laborales estas semanas a causa de esta crisis, el panorama pinta mal. Volver a España tampoco parece la mejor decisión. Y el viaje sería una odisea ya que hay rutas cerradas y muchos vuelos cancelados. Aunque no lo descarto. Aún no he viajado por Australia e irme sin aprovechar la oportunidad me da rabia. Aunque sé que ahora mismo no tiene sentido pensar en eso. Hay cosas más importantes…Toca reflexionar y decidir qué es lo mejor. Mejores tiempos vendrán y Australia seguirá aquí…